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Los 10 artistas más influyentes de la historia de la pintura figurativa (Ranking)

Actualizado: 29 ago






Introducción


La palabra influencia en pintura figurativa no equivale a popularidad ni a precio de subasta. Nos referimos a artistas cuyas decisiones sobre luz, anatomía, color, composición o psicología cambiaron la forma en que representamos el cuerpo y dejaron huella en generaciones posteriores. Este ranking reúne a los artistas más influyentes de la pintura figurativa, combinando grandes maestros históricos y figuras de los siglos XIX y XX que reactivaron la figuración para nuestra época. En cada caso verás qué hicieron, por qué fueron influyentes y qué puede aprender hoy un pintor o una pintora que trabaja desde la figura.


Criterios curatoriales


  • Impacto técnico: innovación concreta (luz, bordes, materia, estructura, color).

  • Ruptura de canon: abrieron caminos que otros siguieron o discutieron.

  • Huella demostrable: ecos en artistas y movimientos posteriores.

  • Relevancia actual: aportes útiles para la figuración contemporánea.



Ranking de los 10 artistas más influyentes de la pintura figurativa (del 10 al 1)



  1. Lucian Freud (1922–2011)


Cuando Lucian Freud pintaba un retrato, no buscaba halagar al modelo, sino casi diseccionarlo. Pasaba horas, días, semanas delante de la misma persona, observando cada pliegue, cada sombra, cada cambio en la piel. Sus cuadros parecen más esculturas hechas de óleo que pinturas, y esa densidad convierte la carne en un territorio casi incómodo de recorrer. No es extraño que muchos de sus modelos dijeran sentirse “desnudos de verdad” bajo su mirada, incluso cuando estaban vestidos. Su obsesión por mostrar la crudeza de la vida cotidiana en un cuerpo humano lo coloca como una figura clave del siglo XX, y explica por qué tantos pintores posteriores han buscado en su obra un espejo brutal y honesto.


Benefits Supervisor Sleeping, Lucian Freud 1995
Benefits Supervisor Sleeping, Lucian Freud 1995

Qué hizo — Renovó el retrato y el desnudo con sesiones del natural prolongadas y una pintura densa, casi escultórica. La piel se convierte en territorio: temperaturas, densidades, accidentes.


Por qué es influyente — Reinstaló la presencia física del modelo en pleno siglo XX, lejos de idealizaciones; su crudeza reactivó el realismo desde la observación radical.


Qué aprende hoy un pintor — Trabajar del natural con tiempo; construir carne con impastos modulados por valor y temperatura; permitir que la pincelada describa estructura.


Obras clave — Benefits Supervisor Sleeping (1995); retratos de Leigh Bowery; autorretratos tardíos.


Autoretrato, Lucian Freud
Autoretrato, Lucian Freud

  1. Francis Bacon (1909–1992)


Francis Bacon creía que el retrato podía ser más real cuanto más deformado. Sus papas que gritan en jaulas de color violeta o sus amigos convertidos en espectros son imágenes que aún hoy incomodan. Pero ese era el objetivo: que la pintura no se limitara a copiar, sino que mordiera. En pleno dominio del arte abstracto, Bacon decidió que la figura humana no había muerto, simplemente había que abrirla en canal para mostrar lo que escondía: miedo, deseo, soledad. Sus obras no solo influyeron en pintores, también en directores de cine, fotógrafos y diseñadores. Quien contempla un Bacon se enfrenta a un espejo distorsionado que, sin embargo, revela verdades demasiado familiares.



pintura Study after Velázquez’s Portrait of Pope Innocent X, Francis Bacon 1953
Study after Velázquez’s Portrait of Pope Innocent X, Francis Bacon 1953

Qué hizo — Abrió una vía para la deformación expresiva de la figura. Espacios escénicos, “jaulas”, cuerpos tensos: la carne como verdad psicológica.


Por qué es influyente — Devolvió a la figuración una intensidad emocional equiparable a la vanguardia abstracta de su tiempo; su iconografía permea artes visuales y cultura popular.


Qué aprende hoy un pintor — Usar la distorsión como lenguaje, no como error; componer con vacío/encierro; color carne no literal.


Obras clave — Study after Velázquez’s Portrait of Pope Innocent X (1953); Three Studies for Figures at the Base of a Crucifixion (1944).


    Three Studies for Figures at the Base of a Crucifixion, Francis Bacon 1944
Three Studies for Figures at the Base of a Crucifixion, Francis Bacon 1944


  1. Henri Matisse (1869–1954)


Matisse nunca dejó de buscar la simplicidad. Mientras otros artistas se complicaban con perspectivas, él se preguntaba: ¿qué pasa si reduzco todo a una línea clara y un color intenso? El resultado fue una figuración vibrante, donde los cuerpos bailan y los rostros sonríen con una frescura casi infantil. Su estudio rojo es un espacio que parece arder, y sus famosos recortes de papel, realizados al final de su vida, muestran que incluso con tijeras y cartulina podía reinventar la pintura. Con Matisse, la figura deja de ser un peso y se convierte en un ritmo, en un juego visual que sigue inspirando a artistas contemporáneos a pensar más en la fuerza del diseño que en el detalle literal.


The Green Line, Henri Matisse, 1905
The Green Line, Henri Matisse, 1905

Qué hizo — Llevó línea y color a un grado de síntesis que los convirtió en estructura de la figura. Del Fauvismo a los cut-outs.


Por qué es influyente — Demostró que la figura puede sostenerse con planos de color y contorno claro sin perder musicalidad ni presencia.


Qué aprende hoy un pintor — Diseñar la silueta; jerarquizar por valor y temperatura; editar con valentía (saber quitar).


Obras clave — The Red Studio (1911); La danse (1909/1910); serie Blue Nudes (1952).



La danse, Henri Matisse, 1909
La danse, Henri Matisse, 1909


  1. Pablo Picasso (1881–1973)


Picasso decía que le llevó toda la vida aprender a pintar como un niño. Desde sus primeros retratos académicos hasta sus obras cubistas, lo que buscaba era dinamitar las reglas. Y lo logró: abrió la figura, la rompió en pedazos y la reconstruyó desde ángulos imposibles. Lo curioso es que, a pesar de tanta fragmentación, sus obras transmiten más energía humana que muchas imágenes realistas. En su serie de Las Meninas se atrevió a dialogar directamente con Velázquez, repintando la obra 58 veces como si fuera un laboratorio. Con él aprendemos que el arte figurativo no es una cárcel de normas, sino un campo abierto donde todo puede reinventarse.


Les Demoiselles d’Avignon, Pablo Picasso, 1907
Les Demoiselles d’Avignon, Pablo Picasso, 1907

Qué hizo — Junto a Braque, el cubismo: deconstrucción de la figura y recomposición múltiple. Diálogo directo con la tradición (p. ej., serie Las Meninas en 1957).


Por qué es influyente — Liberó la anatomía de la perspectiva única: la figura también puede pensarse como estructura variable.


Qué aprende hoy un pintor — Citar la tradición como material; fragmentar sin perder identidad; superponer tiempos/puntos de vista.


Obras clave — Les Demoiselles d’Avignon (1907); serie Las Meninas (1957); Guernica (1937).

Guernica, Pablo Picasso 1937
Guernica, Pablo Picasso 1937


  1. Édouard Manet (1832–1883)


Cuando en 1863 Manet presentó Olympia en París, el escándalo fue inmediato. La crítica hablaba de una pintura “indecente”, no tanto por el desnudo en sí, sino por la frialdad con la que la modelo miraba al espectador: sin mitología, sin excusas. Con un gesto rompía siglos de tradición académica. Manet pintaba lo que veía en su tiempo —cafés, mujeres, calles— con una pincelada directa que debía más a Velázquez que a sus contemporáneos. Esa modernidad, tan chocante en su día, es lo que hoy lo convierte en puente entre el arte clásico y la pintura que abre el camino a la contemporaneidad.


Olympia, Édouard Manet, 1863
Olympia, Édouard Manet, 1863

Qué hizo — Puente entre realismo e impresión. Frontalidad, economía de valores y temas contemporáneos.


Por qué es influyente — Su ruptura con el academicismo abre la puerta a la mirada moderna sobre el cuerpo; su relación con Velázquez reintroduce pintura “a tono” y bordes económicos.


Qué aprende hoy un pintor — Actualizar motivos; trabajar por masas antes que por contornos; aceptar el plano pictórico como parte del retrato.


Obras clave — Olympia (1863); Le Déjeuner sur l’herbe (1863).


Le Déjeuner sur l’herbe, Édouard Manet, 1863
Le Déjeuner sur l’herbe, Édouard Manet, 1863


  1. Francisco de Goya (1746–1828)


Goya comenzó pintando cartones para tapices con escenas amables de la vida madrileña, pero terminó rodeado de pesadillas en las paredes de su casa. En medio, retrató reyes, nobles, fusilamientos, guerras y locuras. Su evolución es la historia de un pintor que miró sin pestañear lo peor y lo mejor de la condición humana. En sus últimas obras, como las Pinturas Negras, parece hablar directamente a nosotros, sin intermediarios. Pocas veces un artista ha mostrado con tanta crudeza el miedo y la violencia, y al mismo tiempo tanta ternura en cuadros más íntimos. Esa honestidad es lo que hace que aún hoy lo consideremos tan moderno.


El 3 de mayo de 1808, Francisco de Goya, 1814
El 3 de mayo de 1808, Francisco de Goya, 1814

Qué hizo — Del retrato cortesano y lo costumbrista a una figuración existencial y crítica. Grabados, series y las Pinturas Negras como laboratorio íntimo.


Por qué es influyente — Es “último antiguo y primer moderno”: inaugura una psicología de la imagen que alimenta expresionismos y realismos críticos.


Qué aprende hoy un pintor — Series como método de investigación; paletas oscuras con función narrativa; el cuerpo como conciencia histórica.


Obras clave — El 3 de mayo de 1808 (1814); Saturno devorando a su hijo (c.1819–23); El perro (c.1819–23).


Saturno devorando a su hijo , Francisco de Goya, c.1819–23
Saturno devorando a su hijo , Francisco de Goya, c.1819–23


  1. Diego Velázquez (1599–1660)


En la corte de Felipe IV, Velázquez fue más que un pintor: fue un testigo silencioso. Supo retratar a reyes y bufones con la misma dignidad, mostrando que la grandeza estaba tanto en la corona como en la humanidad del rostro. Lo fascinante es cómo lo hacía: con pinceladas tan sueltas que, vistas de cerca, parecen manchas abstractas. Y sin embargo, al alejarnos, todo encaja con naturalidad. Las Meninas no es solo un retrato de la familia real, sino un juego de espejos donde el espectador queda atrapado. Su pintura es a la vez simple y compleja, y esa aparente contradicción es lo que lo mantiene vivo en la historia.


Las Meninas, Diego Velázquez, 1656
Las Meninas, Diego Velázquez, 1656

Qué hizo — Naturalismo y aire entre las formas; pincelada de apariencia libre que anticipa modernidad. Retrato cortesano sin artificio.


Por qué es influyente — Cambia la relación figura‑espacio; su eco en Manet y en la relectura de Picasso confirma una vigencia transversal.


Qué aprende hoy un pintor — Economizar bordes; usar el fondo como atmósfera activa; sugerir con poca línea y mucho tono.


Obras clave — Las Meninas (1656); Juan de Pareja (1650).


Juan de Pareja, Diego Velázquez, 1650
Juan de Pareja, Diego Velázquez, 1650


  1. Rembrandt van Rijn (1606–1669)


Rembrandt no solo pintaba retratos, pintaba almas. Sus autorretratos muestran el paso del tiempo en su propio rostro, y en ellos vemos tanto orgullo como cansancio, tanto luz como sombra. Su pincel era capaz de crear piel rugosa con unas cuantas veladuras y un destello de luz en el ojo. En La ronda de noche, más que representar a una milicia, captura un instante teatral lleno de movimiento y misterio. Su manera de usar la luz para sugerir pensamiento interior convirtió a Rembrandt en el maestro del retrato psicológico. Una lección que sigue siendo válida para cualquier pintor figurativo hoy.


Autoretrato Rembrandt, 1659
Autoretrato Rembrandt, 1659
La ronda de noche, Rembrandt, 1642
La ronda de noche, Rembrandt, 1642

Qué hizo — El retrato psicológico como núcleo: la luz no solo modela, también piensa. Veladuras y empastes localizados para describir edad y emoción.


Por qué es influyente — Instala un estándar de interioridad que influye del realismo decimonónico al retrato contemporáneo.


Qué aprende hoy un pintor — Diseñar patrones de luz/sombra que sugieran mente; controlar edges por valor; texturas significantes en zonas clave (rostro, manos).


Obras clave — La ronda de noche (1642); Self‑Portrait at the Age of 63 (1669); La novia judía (c.1665).


Self‑Portrait at the Age of 63, Rembrandt, 1669
Self‑Portrait at the Age of 63, Rembrandt, 1669


  1. Caravaggio (1571–1610)


Caravaggio era tan violento en su vida como en su arte. En sus cuadros, la luz entra como un cuchillo que divide la escena entre sombra y resplandor. Pintó santos con aspecto de hombres comunes, prostitutas como vírgenes y escenas bíblicas que parecían suceder en una taberna romana. Su realismo escandalizó a la Iglesia y, sin embargo, pronto sus seguidores —los “caravaggistas”— se multiplicaron por toda Europa. Su manera de narrar con luz cambió para siempre la pintura, y todavía hoy inspira a fotógrafos y cineastas que buscan ese dramatismo directo.


La vocación de San Mateo, Caravaggio, 1599–1600
La vocación de San Mateo, Caravaggio, 1599–1600

Qué hizo — Tenebrismo y realismo directo del modelo vivo. La luz construye relato: entra como un foco teatral que decide el sentido.


Por qué es influyente — Fija un lenguaje de alto contraste que domina el Barroco europeo y hoy pervive en fotografía, cine y pintura figurativa de corte dramático.


Qué aprende hoy un pintor — Dirigir la luz como guion; comprimir la escala de valores para foco; elegir modelos no idealizados.


Obras clave — La vocación de San Mateo (1599–1600); La muerte de la Virgen (1606).


La muerte de la Virgen, Caravaggio, 1606
La muerte de la Virgen, Caravaggio, 1606

  1. Leonardo da Vinci (1452–1519)


Leonardo era incapaz de ver un cuerpo humano sin querer entenderlo. Diseccionaba cadáveres para estudiar músculos y huesos, dibujaba máquinas de guerra y al mismo tiempo pensaba en cómo capturar la sonrisa más enigmática de la historia. Su Mona Lisa no es solo un retrato, es una lección de cómo la piel se funde con el aire gracias al sfumato. Leonardo no dejó solo cuadros, dejó un método: observar, investigar, unir ciencia y arte en una misma mirada. Esa mezcla de curiosidad y rigor es lo que lo coloca, con justicia, en lo más alto de este ranking.


La Gioconda, Leonardo da Vinci, c.1503–19
La Gioconda, Leonardo da Vinci, c.1503–19

Qué hizo — Observación anatómica, proporción y el sfumato: un borde que se desvanece en transiciones de valor/temperatura, integrando figura y atmósfera.


Por qué es influyente — Más que un estilo, establece métodos de estudio y construcción pictórica que atraviesan cinco siglos.


Qué aprende hoy un pintor — Transiciones sutiles; coherencia entre luz ambiente y volumen; comprender hueso‑músculo‑piel para decidir dónde terminar las formas.


Obras clave — La Gioconda (c.1503–19); La Virgen de las Rocas (1483–86 / 1495–1508).


La Virgen de las Rocas, Leonardo da Vinci, 1483–86 / 1495–1508
La Virgen de las Rocas, Leonardo da Vinci, 1483–86 / 1495–1508

Claves comunes que puedes aplicar hoy


  1. Luz como arquitectura — Caravaggio, Rembrandt y Velázquez muestran que la luz decide tema, foco y ritmo.

  2. Edición formal — Matisse, Manet y Picasso prueban que quitar también construye: planos, silueta y estructura.

  3. Psicología de la figura — Leonardo, Rembrandt, Freud y Bacon usan gesto, borde y materia para hablar de interioridad.

  4. Tradición como materia — Velázquez → Manet/Picasso; Goya → expresionismos. Citar, releer, contradecir.



Recursos para artistas





Referencias consultadas


  • The Metropolitan Museum of Art. Leonardo da Vinci – Works and Timeline. metmuseum.org

  • The National Gallery. Caravaggio and the Influence of Tenebrism. nationalgallery.org.uk

  • The National Gallery. Rembrandt: The Late Self-Portraits. nationalgallery.org.uk

  • Museo del Prado. Las Meninas y Pinturas Negras de Goya. museodelprado.es

  • Museu Picasso Barcelona. La serie de Las Meninas de Picasso. museupicasso.bcn.cat

  • MoMA. Picasso, Matisse and the Birth of Modern Art. moma.org

  • Tate. Francis Bacon – The Human Figure; Lucian Freud – Real Lives. tate.org.uk

  • Encyclopaedia Britannica. Francisco de Goya – Biography and Work. britannica.com

  • Sitios oficiales de museos y biografías verificadas de los artistas.


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